AFS prepara y activa a ciudadanos de todas las edades y orígenes: estudiantes y jóvenes, adultos, voluntarios, familias, escuelas, liceos, entre otros. Lo hacemos a través de nuestros programas de intercambio cultural en el extranjero, voluntariados, programas para familias anfitrionas y otras oportunidades, siempre apoyados y facilitados por programas de educación intercultural.
AFS motiva a las personas a pensar críticamente, cuestionar suposiciones y ser flexibles. Nuestras experiencias fomentan la confianza, amplían las perspectivas y desarrollan las habilidades prácticas necesarias para comunicarse y colaborar con personas de diferentes culturas, tanto en sus comunidades locales como alrededor del mundo.
Vivir, trabajar, estudiar y trabajar ser voluntario en el extranjero con AFS también ayuda a los jóvenes a aprender cómo resolver problemas, tomar decisiones y trabajar eficazmente en diversos equipos y grupos.
Como resultado de nuestras estructuradas experiencias de aprendizaje en la vida real, los participantes de AFS aprecian, valoran y respetan las diferencias culturales y creen que nuestro mundo es más fuerte y más interesante gracias a ellas.
No es de extrañar que no hace falta irse muy lejos para encontrar un AFSer que haga una diferencia en su comunidad local, en las industrias o en la vanguardia de un problema internacional importante o una causa social. Los AFSers están en todas partes. Los AFSers son ciudadanos globales.
Estas habilidades globales del siglo XXI son altamente valoradas por educadores, empleadores, trabajadores humanitarios y comunidades. Estar seguro y cómodo con personas de diferentes orígenes y visiones del mundo abre el mundo a muchas oportunidades nuevas, diferentes y emocionantes.
Estas habilidades globales del siglo XXI son altamente valoradas por educadores, empleadores, trabajadores humanitarios y comunidades. Estar seguro y cómodo con personas de diferentes orígenes y visiones del mundo abre el mundo a oportunidades nuevas, diferentes y emocionantes.